Tras más de 36 horas viajando, dos transbordos y una Noche Buena en Martinica a 26 grados llegamos a la Isla de Santa Lucía. Tenemos algunos problemas al coger el avión Martinica – Santa Lucía puesto que como es un billete de sólo ida nos piden el comprobante de salida de la isla, afortunadamente llevamos el contrato firmado con Sterna, y aunque está en castellano, nos lo aceptan y nos permiten embarcar.
Bep, Belén, y Ricard mis compañeros de vuelo a punto de salir de Martinica dirección Santa Lucia
Al llegar a la Isla, está lloviendo y hace muchísimo viento.
Nos reciben los tripulantes del Sterna, y nos llevan en una barquita/taxi hasta el barco. Se ve imponente fondeado en la bahía. Tengo un cosquilleo en el estómago por la emoción que me encanta volver a sentir, es una sensación que siempre me aparece cuando estoy a punto de hacer algo intenso
Sterna fondeado en la bahía de Rodney Bay
Bajando a tierra con Ricard y Pere (tripulantes del Sterna) en el dingui
Shaka, nos llevaba hasta tierra en su barquita. Disponible 24 horas al día
Caminamos de vuelta hasta la marina de Rodney Bay y nos dedicamos a organizar nuestras cosas a bordo.
Han sido dos días largos así que vamos a dormir pronto.
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