La noche ha sido menos fría de lo que me esperaba, aunque
salir a media noche a hacer un pipí en medio de la montaña helada tiene su gracia...
Nuestra ruta de hoy |
Nos levantamos sobre
las 7 de la mañana, y después de desayunar cogemos el barco hacia el glaciar .
Primero hacemos un trecking por el hielo con crampones entre
grietas y capas de hielo.
Sara, una estupenda compañera de viaje |
El glaciar nos ofrece unas vistas y colores espléndidos |
Comemos allí mismo un plato de pasta en sobre y después cogemos la lancha hasta el punto donde se unen dos lenguas de glaciar.
El color azul de los icebergs indica además de su larga edad, que hace poco que están en contacto con el oxígeno, sea porque se acaba de romper o se acaba de dar la vuelta |
Se oyen desprendimientos de bloques de hielo que a parte de ser muy vistosos visualmente provocan un enorme ruido al caer. |
Se ve la dimensión del iceberg, nuestra lancha es minúscula a su lado |
Cuando volvemos al campamento aún nos da tiempo a dar un paseo por la playa antes de la cena. Aprovechando que hemos entrado en calor, Xavi, Andrea y yo nos damos un baño desnudos (bueno con el gorro de lana puesto) en un lago de agua helada en medio de la montaña...¡que no se diga que no me he bañado entre icebergs! Nos secamos como los cormoranes, y con el cuerpo nuevo vamos a cenar (un plato de garbanzos).
De nuevo a dormir prontito que ha sido un día largo y muy activo.
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