domingo, 21 de octubre de 2012

Día 2. 12 de octubre. Travesía








A las 930 de la mañana llega el temporal pero con mucha más fuerza de la anunciada. Llegamos a tener rachas de fuerza 7, con lo que decidimos poner motor. Navegamos bajo de la lluvia, los rayos y truenos.
El Fandango se porta de maravilla en estas condiciones extremas, así que a pesar de todo la tripulación está tranquila.

Mercè, se portó como una auténtica campeona

Debido a que salimos con el lazy bag mal colocado, se nos crea un pequeño spi natural en la mayor con una bolsa de agua de lluvia, cosa que nos preocupa bastante porque no sabemos si la vela aguantará en estas condiciones. En cuanto lo vemos un poco claro, Francesc y Jordi van a cubierta y con el bichero consiguen desembolsar el agua. Una maniobra complicada pero decisiva para la tranquilidad de la navegación a partir de ese momento.
También se nos descose una buena parte del toldo bimini que nos protegía de la lluvia, así que para evitar males mayores decidimos recogerlo, y quedar expuestos a la tormenta.
A partir de las 10 de la mañana empieza a sonar la alarma de sonda en el barco, que ya no nos abandonará hasta nuestra llegada a Soller. Realmente se hace insoportable el BEEP BEEP cada 30 segundos. Intentamos por todos los medios cancelar la alarma pero nos es imposible.
Nos coge el temporal por segunda vez, cae granizo y la visibilidad es muy mala. Tenemos contacto con el Pipo por VHF, y a ellos les han cogido rachas de viento de fuerza 8, así que no nos vamos a quejar de nuestras condiciones…dudamos si cambiar nuestro destino e ir a la Bahía de Palma, pero al final decidimos seguir según lo planeado inicialmente.
A la entrada a mi guardia preparo una tacita de caldo para mis compañeros de guardia, Belén y Jordi. Me pareció curioso porque a los dos les resultó muy mala…bueno…dejó de ser curioso cuando descubrí que les había dado las hierbecitas que se había traído Oriol para su rinitis…oops…¡sorry my friends!
A medida que nos acercamos a la bocana de Soller van mejorando las condiciones, y justo antes de llegar, sobre las 5 de la tarde, un delfín vine a saludarnos. Ya vemos las luces de entrada, contactamos con el Pipo, ellos ya están atracados y haciéndose la comida.
Atracamos en Soller, ¡qué preciosidad de puerto! …y descorchamos unas botellas de cava las dos tripulaciones juntas. Después nos vamos de cenita y mi tripu me regala un gps portátil, la verdad, un regalo francamente útil, me encantó.
Copita y a dormir, que la noche de navegación siempre es dura y estamos cansaditos.
Francesc y Mercè dejan el barco según lo previsto para hacer la vuelta en avión.

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