Madrugamos, algo ya habitual estas vacaciones, y un minibus nos lleva a Dahab donde haremos
dos inmersiones.
La primera es en
"el Canyon", un agujero de más de 40 metros que baja dentro del
arrecife.
Nosotros bajamos a
34 m, y salimos a un banco de arena y coral donde vemos pez escorpión, pez leon y unicornio.
Tras una hora y
media de intervalo en superficie, nos
llevan en mini bus al Blue Hole. Entramos por "the Bell", y cada uno
hasta la profundidad que decide, con un máximo teórico de 40, sale hacia el
arrecife.
Vemos mucha vida,
una tortuga, un nudibranquio , peces
escorpión, nemos, pez loro y muchos más.
Tras pasar la pared
de coral, entramos en el conocido Blue Hole donde hay gente practicando el
buceo en apnea, y vemos la inmensidad del agujero. El arco de salida está a 56
m así que no lo vemos. Desde hace algún
tiempo el arco está restringido al buceo técnico.
La verdad es que las
inmersiones de hoy han sido bonitas,
pero más que nada por lo emblemático del lugar donde hemos estado, pero hemos visto mucha más vida durante los
días previos.
Mañana ya se acaba
la visita a Egipto, tras estos días viviendo el mar y sus habitantes en su
máximo esplendor y libertad, pasaremos unos días en Estambul donde el único
contacto que tendremos con el mar será un paseo en barco por el Bósforo, y
naturalmente no faltará recitar la famosa “Canción del Pirata” de Espronceda,
si no la visita no sería completa.
Ha sido una
experiencia maravillosa. Preparada a repetir en cuanto sea posible.
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