Al día siguiente nos sorprendió el detalle del marinero de
Marina Menorca trayendo el pan del día a bordo. ¡Cortesía del puerto! y aún mejor...¡Mónica nos trajo un bizcochito acabado de hacer para desayunar!
No hacía muy buen día y soplaba mucha Tramontana así que cambiamos la navegación por una caminata hasta Es Grau. Comimos allí y a la vuelta decidimos salir a navegar.
Una vez fuera nos dirigimos hacia Cala Prima, y con unos 18 nudos de viento decidimos poner los dos rizos…justo en la maniobra subió el viento y alcanzamos rachas de 25. Está bien dicho que hay que rizar la primera vez que piensas en ello. Nos divertimos un rato y vuelta a puerto.
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