A media
tarde nos sube Javi en coche hasta Tamariu, con el equipaje imprescindible,
intentando tener el mínimo peso para el traslado hasta el Mouse.
El dingui ...aquí aún faltaba yo por subir...con esto llegamos hasta la playa
El Mouse está amarrado en una de las boyas de la cala, así que llegamos justos a uno de los últimos barco-taxi que nos llevan hasta el barco, e iniciamos ya la aventura. Desembarcamos el equipaje, y estibamos el barco justo con la puesta del sol. Los chicos se dedican a hinchar el dingui que será nuestro método de transporte hasta tierra para la cena.
Remando
llegamos a la orilla como si se tratase de una patera, y allí nos están
esperando Eduard y su familia. Cenamos en la misma calita, y vamos pronto a
dormir con la idea de levantarnos antes de la salida de sol e iniciar la ruta
hacia las Islas Medas.
Creo que
es una de las peores noches que he pasado a bordo de un barco. El movimiento
mientras navegas es acompasado, pero estando en la cala, no había manera de
dormir, así que sobre las 6 de la mañana me levanto y decido iniciar la
maniobra rumbo a las Medas.
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