Seguimos
gozando de un tiempo realmente espectacular, 19 grados acabando el mes de noviembre,
algo increíble. Hoy además tenemos algo más de viento con lo que vamos a
disfrutar de un día de navegación perfecto.
Aprendemos
a montar el spinnaker en puerto, parecía mucho más complicado de lo que
realmente es, pero la cosa se complica cuando hay que sacarlo navegando.
Esta
vez vamos tres “alumnos” por barco, más el monitor. Nos distribuimos las
tareas; uno timonel, otro proel, otro al piano, y otro trimmer.
La
posición del proel es la de más
riesgo porque es el encargado de izar el spi y luego bajar el foque una vez
finalizada la primera maniobra. El piano
ayuda con los cabos a que la maniobra del proel sea más cómoda.
El timonel tiene la dificultad de mantener
el barco con viento portante, cosa que es dificultosa ya que el spi una vez
abierto coge bastante fuerza.
El trimer juega con la braza y la escota
para mover el spinaker.
Naturalmente,
con tanto nombre nuevo, y tanta maniobra nueva, hubiese sido muy bonito que nos
saliera todo a la primera…casi casi, pero no del todo.
Hemos
tenido que probarlo hasta tres veces porque se nos hacía un nudo de corbata con
la vela y no había forma de subirla. Finalmente la hemos izado y hemos podido
disfrutar de una magnífica tarde de navegación y una preciosa puesta de sol,
con el sol poniéndose tras el hotel vela.
Tras la
clase, durante la cervecita de rigor, hemos decidido que el puente intentaremos
pasar Cabo de Creus con el OnClass…a ver si nos acompaña el tiempo, y así puedo
escribir una nueva experiencia en pocos días.
¡Hoy nos
hemos quedado con ganas de más!